viernes, 27 de febrero de 2009

¿Vemos una peli en la cama? El efecto XXX

Los filmes XXX pueden fungir de juguetes y estimulantes sexuales. Para verlos o usarlos de guía, ambos miembros de la pareja deben estar de acuerdo.

“Fue algo innovador. Me sentí diferente y disfruté de cada momento con mi pareja mientras veíamos ‘esa’ película”, revela Ana (32). En cambio, a Luis (35) no le gustan los filmes XXX, pues “cuando uno hace el amor con su pareja tiene que estar concentrado en ella y dedicarse a hacerla sentir bien, sin distracciones”, comenta.

Más allá de las preferencias, ronda una duda y es saber si las películas pornográficas o eróticas ayudan en la vida sexual o si es que ese gusto es un vicio o una perversión.

Para la tranquilidad de muchos, ver películas XXX no revelan a un “pervertido”, a no ser que se trate de una persona que “obtiene placer sexual a través de prácticas que se desvían de lo que se considera normal o natural, tales como el fetichismo, sadomasoquismo, parafilia, etc”. (diccionario Mosby de las Ciencias de la Salud).

Sin embargo, el incluir o no filmes para adultos en la relación sexual es un tema que depende mucho de la pareja. “Es una decisión que tiene que contar con el respaldo de ambos; si sólo uno lo desea, sólo esa persona lo disfrutará”, explica el sicólogo Carlos Velásquez.

Criterio que comparte la sicóloga clínica Elizabeth Ordóñez, quien argumenta que “no se debe obligar a ninguno de la pareja a ver ese tipo de películas, ya que esta situación puede llevar a problemas como peleas o a perder el gusto por el amante”.

Un alto. Antes de desarrollar el tema, los especialistas insisten, primeramente, en puntualizar la diferencia entre pornografía y erotismo.

¿ES LO MISMO?

No. Hay una marcada diferencia entre estos conceptos. Sin embargo, depende de la cultura en la cual se viva y cómo se acepten las definiciones.

Pero para la concepción occidental, “lo erótico parte del amor entre dos personas. La pornografía alude al sexo, no al amor, y suele ejercerla una sola persona”, explica el sexólogo Emilio Parra.

“El erotismo se vincula con las relaciones de pareja, con el amor. Una película erótica puede tener un mensaje más directo a la pareja. En cambio, en la pornografía todo es visible, la imagen se ofrece sin restricciones”, dice Ordóñez.

En cuanto a las películas, la diferencia está en que unas, las eróticas, insinúan el acto sexual o muestran escenas sexuales, pero con una temática. En cambio, las pornos sólo presentan escenas de sexo explícito, sin reparos.

LOS FILMES XXX EN LA VIDA SEXUAL

Para los especialistas en salud sexual, los filmes XXX suelen ayudar a una pareja en el goce de su sexualidad. “El estímulo puede empezar viendo una película, en vez de los juegos sexuales que preceden al acto. También se pueden experimentar las poses que se ven, siempre y cuando sea novedoso para la pareja”, explica Parra.

Ellos también aconsejan elegir una película para adultos con una historia, pues “un filme muy ‘provocativo’ puede llevar a lo vulgar y a rechazar a la pareja”, señala Velásquez.

Por tanto, será más beneficioso para ambos integrantes de la pareja consensuar ver un filme erótico mientras practican el acto sexual, en vez de uno pornográfico, ya que el primero puede despertar sentimientos y mostrar escenas de amor; mientras que el segundo, que presenta sólo imágenes de sexo explícito, en algunos casos, puede producir una sensación de asco.

¿SON ARMA DE DOBLE FILO?

Lo importante es que la pareja llegue a un acuerdo sobre la práctica de su sexualidad y que ambos conozcan las preferencias de su amante. A partir de ese consenso, “una película XXX facilitaría la comunicación y la expresión del deseo durante el acto sexual. Esas películas son un modo de aprender cosas nuevas”, indica Velásquez.

Sin embargo, según Ordóñez, estos filmes también tienen puntos negativos. “Hay personas que creen lo que ven en las películas pornográficas y se sienten acomplejadas por los tamaños del miembro, por sus cuerpos, por las habilidades o la disponibilidad sexual de hombres y mujeres”, explica. En este caso, se va en contra de la estimulación.

EL TOQUE DE LO ERÓTICO

Las películas de contenido erótico pueden tener un efecto positivo y ayudar a elevar el placer y el deseo sexual, ya que cuentan con imágenes que pueden implementar nuevas técnicas amatorias. A su vez, estos filmes aumentan la estimulación auditiva.

“Cuando incorporamos las películas de contenido erótico a nuestras vidas, se puede disfrutar de una serie de ventajas que eran impensables antes de conocerlas”, dice Parra. Por ejemplo, toda pareja, cuando ve estas producciones, aprende, experimenta y se inspira en las escenas, de tal forma que asume nuevos roles interesantes a la hora del acto sexual.

Por otra parte, se estimula la vista, certeza que tiene el Centro Nacional de Consultoría, en Colombia, tras una encuesta que mostró que las cintas eróticas sirven de ´ayuda´ visual para incrementar el apetito sexual de las parejas.

En conclusión, si ambos están de acuerdo en ver estas películas y poner en práctica lo que se observa, disfrutarán al ser los protagonistas.

Otros tips

• Origen. A principios del siglo XX, con la aparición del cinematógrafo, algunos hombres poderosos encargaron películas cuyo único objetivo era fotografiar el acto sexual para provocar la excitación. Esta técnica solía implementarse en exclusivos y caros prostíbulos de Europa como material sexual, aunque estaba totalmente prohibido para su comercialización en algunos países.

• Controversia. Los enemigos de este tipo de películas (eróticas y pornográficas) hacen hincapié en la pornografía infantil, sin observar que sólo una mínima cantidad de las cintas que se producen se dedican a ello. Es más, en Dinamarca, que legalizó la pornografía de adultos en 1960, observaron que se había reducido el abuso sexual a niños en un porcentaje considerable.

• Terapia. La pornografía y el erotismo son un inestimable auxiliar en terapia sexual; muchos hombres y mujeres que acuden a la consulta con su deseo sexual inhibido y con una gran pobreza en sus fantasías sexuales, mejoran notablemente cuando se les “da permiso” para masturbarse con películas que evocan, sin culpa, sus fantasías favoritas. También sirven de modelo para la práctica de poses sexuales.

Texto: Iván Paredes. Foto: Dreamstime.
Expertos Consultados: Carlos Velásquez, sicólogo. Elizabeth Ordóñez, sicóloga. Emilio Parra, sexólogo.

Fuente: la-razón.com

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